Asistentes: María, Iker, Sonia, Edu, Mamen, Nerea, Diego, Zaca, Javi, Josetxo, Johnny, Nesss
Sidrería con un bonito número de gente, de hecho todas las mesas llenas. Llaman la atención las "jóvenes" de ceñido pantalón (a una de las cuales fue Edu a convencer a su mesa para que no fuera vaga e hiciera txotx ella misma en lugar de esperar que le trajeran el vaso lleno), la cuadrilla de camisas a cuadros (que en algún momento desaparecieron con el kashero padre a la zona que no vimos de la sidrería), las tres fornidas jovenes que departían con el aún más fornido cashero hijo, y que nadie estaba disfrazado pese a que era Viernes de Carnaval. María destaca pidiendo a los kasheros para que abran más kupelas con suerte desigual, quizá debido a que a veces hablaba con quien no abría ninguna. Cuando se rompe algún vaso en la zona en que bebíamos (por el enjuagador traicionero), el hijo recio retira los cristales con aspavientos, escoba y pala. Edu intenta abrir la puerta del baño como si fuera corredera a pesar de haber entrado varias veces anteriormente, pero asi se hace amiguito de uno de los morroskos del lugar.
En el apartado gastronómico, 3 tortillas de bakalao bien jugosas con alguna espina, 3 bandejas de bakalao (1 tajada/persona) con abundantes pimientos verdes que hicieron recordar cierto evento del pasado, 3+3 txuletas (cada una de su padre y su madre; nunca nos habían sacado txuletas tan distintas), parte de una de ellas hubo que quemarla a conciencia para Sonia, que le gustan hechas alpargata; Edu se llevó el premio al tocaarmónicas, pues Ness estaba algo mohino, royendo casi todos los huesos; queso justo, membrillo abundante e incontables nueces (lo único en que se estiraron) aunque muchas un tanto revenidas (lo cual no fué óbice para cargar los bolsillos y bolsos de algunos/as). Total, 31 euros/persona con una factura que (la primera vez que nos pasa) nos llevaron a donde estabamos entre las kupelas y sin que la hubieramos pedido; se habría agradecido la misma urgencia para abrir kupelas, que algunos fuimos alli a beber sidra, ¿será para no gastar mucha sidra en el txotx y guardarla para venderla embotellada? ¿o es porque cierran a las 00:00:00 y algunos tenían mucha prisa por salir, como vimos más tarde?
La bajada a Astigarraga también fue en tres fases gracias a Iker. Quienes bajamos en la primera nos encontramos con el camarero clásico del Rosita, que nos confirmó que esa sidrería tiene fama de ritmo lento en el txotx, pese a lo que producen. Es la única de las Kupelas Asesinas a las que no hemos vuelto ninguno desde 1993 y creemos que tardaremos mínimo otros 20 años en volver. A Johnnie se le cayó el vaso lleno de kalimotxo, cuyos cristales, junto a las afiladas cáscaras de nuez que Edu seguía comiendo y repartiendo, fueron hábilmente esquivadas por Zaca cuando cayo de culo tras ser "ligeramente" tocado por Sonia y Edu bailando la Lambada (NOTA: no deduzcas de la frase anterior que Edu era capaz de partir, comer nueces, y bailar la Lambada a la vez, no es tan hábil). Tras visitar otros bares comprobamos que el precio de las rondas variaba exageradamente por lo que decidimos acojernos a una oferta 2x1 gracias a Nere. En la salida del Ikatza, el kashero hijo recio se sorprendió de vernos en Astigarraga y nos asegura que si llega a saberlo nos daba tickets para tomarnos unos cafés en cierto bar del pueblo; eso se dice antes, copón!! Y deja de estar en camiseta con el "fresco" que hacía en la calle incluso para los calorías de nuestro grupo.
A las 3:35 quienes iban a ir en bus a Donostia marchan a la parada mientras que los que iban a Hernani llaman a Taxi Gipuzkoa. Cuando íbamos a entrar, vuelven los de Donostia porque habían visto pasar al bus, que o había salido de Hernani 10 minutos antes de la hora o había batido el record Guinness de velocidad. Tras una discusión y llamar a Radio Taxi, pillan taxi los de Donostia a los que se pega Johnny de manera sorpresiva (dejó entera su caña!! se la tuvo que beber Zaca para volver a restaurar el Karma de la caída o así). Hubo espectáculo con el taxista hasta que llegaron a Donosti (20€) que no dejó a Johnnie ni protestar porque lo normal eran 35€. Los de Hernani interceptaron un taxi que les dejó en Atsegindegi pese a pedirle que les dejara en Zinko-Enea. No saben nada, y luego se quejan de la poca clientela que tienen. Ver en Hernani los bares con las persianas medio echadas al llegar en Viernes de Carnaval provocó que la recena en Nesss's acabara con el Black Balsam que no se pudo beber en años.